En sociedad nos comportamos bajo unas normas, la educación que nos inculcan y también nos regimos por el cerebro inconsciente. Las primeras nos obligan a ser cordiales, amables y agradecidos, hacemos un esfuerzo por corresponder a los demás y tratarles como ellos nos tratan, si alguien nos regala algo nos sentimos felices. Si la posibilidad de corresponder el gesto inmediata es realizar la compra del producto que se nos ofrece, lo haremos: Ley de Reciprocidad.
Por otro lado nuestro cerebro al recibir una regalo, inconscientemente nos reclama, si no compramos el producto en cuestión, después de haber obtenido una muestra o un servicio gratuitos nos sentimos en deuda, es inevitable, necesitamos saldarla.
Además la neurociencia nos enseña que cuando recibimos un regalo segregamos endorfinas, hormonas de la felicidad, lo que nos predispone a la compra. Aunque nuestros beneficios cerebrales aumentan cuando somos nosotros quen damos algo a alguien, en este caso comprar a quien nos ha regalado algo nos hace tremendamente felices. El neurovendedor debe recordar: dar, dar, dar y recibirás.
Maximizando la Neuroventa: Ley de Reciprocidad.